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Juego Interior del Tenis

A menudo nos preguntamos por qué un día jugamos tan bien o tan terriblemente mal al tro, o porqué fallamos durante una competición y porqué fallamos un disparo fácil. También porqué es tan complicado romper un hábito malo y aprender uno nuevo.

Gallwey en su libro, El Juego Interior del Tenis, nos hace cuestionarnos por qué somos tan inestables en la ejecución de tareas:

Cada juego está compuesto por dos partes: un juego interno y un juego externo. El juego externo se juega contra un oponente externo para vencer obstáculos externos y alcanzar una meta externa. No puede haber maestría ni satisfacción sin prestar atención al juego interno. Este es el juego que se libra dentro de la cabeza del jugador y su oponente son obstáculos como la falta de concentración, el nerviosismo y estrés, la duda, y las auto limitaciones. El juego interno sirve para sobrepasar los hábitos de la mente que impiden la excelencia en la ejecución.

El que practica el juego interno debe valorar el arte de la concentración relajada por encima de cualquier otra habilidad. En ella descubriremos la verdadera base de la autoconfianza y aprenderemos que el secreto para ganar cualquier juego radica en no intentarlo con excesivo esfuerzo. Estos jugadores utilizan el tipo de ejecución espontánea que ocurre cuando la mente está calmada y nos conecta totalmente al cuerpo, con el que descubrimos formas sorprendentes de superar nuestros límites una y otra vez.

Hay una forma mucho más poderosa para aprender y hacer prácticamente cualquier cosa que deseemos, va más allá de lo que podemos imaginar. Es un proceso similar al que todos usamos cuando nacimos, como aprender a andar o a hablar… pero lo hemos olvidado. Este sistema utiliza las capacidades intuitivas de la mente y los dos hemisferios de la mente, el izquierdo y el derecho. Este proceso no hace falta aprenderlo, porque ya lo conocemos. Todo lo que tenemos que hacer es desaprender hábitos que interfieren con él y después simplemente dejar que ocurra.

Para descifrar y explorar el potencial dentro del ser humano es preciso la conquista del Juego Interno.

Las claves para ir abriendo ese acceso a una forma de actuar y pensar distinta se van presentando utilizando el tenis como una vía. Es posible hacer extensibles absolutamente todas las conclusiones del libro a cualquier actividad sea cual sea.

¿Cómo es posible ser consciente de que estamos utilizando nuestro lado inconsciente?

Este estado puede alcanzarse… La mente en él está tan concentrada, tan enfocada que está parada. En ese estado eres uno con lo que tu cuerpo está haciendo y las funciones inconscientes o automáticas están trabajando sin interferencias de los pensamientos.

El tesoro se presenta a través del descubrimiento de las dos partes del YO. “Todos los jugadores están hablando con ellos mismos en la pista durante todo el tiempo. Levántate a por la pelota”, “agáchate para ese revés”, “mantén fija tu vista en la bola”, “flexiónate”…”hasta mi madre lo podría hacer mejor”…

La cuestión es ¿Quién está hablando a quién? Si le preguntas a ellos te responderán…”Estoy hablando conmigo mismo”…Pero quién es ese “YO” y quien soy: yo mismo”?

Obviamente, el “YO” y el “yo mismo” son dos entidades distintas, no sino no podría existir esa conversación. Así que uno puede decir que dentro de cada jugador hay dos “seres”. Uno, el “YO” trata de dar instrucciones, y el “yo mismo” es el que trata de pasar a la acción.

Para claridad llamaremos “Yo1” al que habla, y “Yo2” al que actúa.

Y aquí está el primer postulado del Juego Interior:

“Dentro de cada jugador, la relación que existe entre el Yo 1 y el Yo 2 es el factor determinante para trasladar los conocimientos y técnica en una acción efectiva. En otras palabras, la clave para hacer mejor cualquier actividad reside en mejorar la relación entre el ser consciente, el que habla, el Yo 1, y las capacidades naturales del Yo 2.

¿Cuál es la relación que mantenemos entre nuestro Yo 1 y nuestro Yo 2?

Imagina si tuviéramos que caracterizar la relación observando cómo se relacionan entre ellos. “bueno, vamos, mantén firme esa basura de muñeca por una sola vez” el ordena… Luego la pelota pasa por encima de la red y el Yo 1 le recuerda al Yo 2…”Mantenla firme. Mantenla firme, mantenla firme maldita sea!”

Simplemente imagina cómo se debe sentir el Yo 2!!! Es como si el Yo 1 pensara que el Yo 2 no escucha bien, o que está falto de memoria o que es estúpido. La verdad es que el Yo 2 que incluye la mente subconsciente y el sistema nervioso, escucha todo, no olvida nada y es cualquier cosa menos estúpido.

Y qué es lo que está ocurriendo durante el golpe mismo? Si miras fijamente a la cara del jugador, observarás sus músculos de la cara tensándose y sus labios comprimidos haciendo un esfuerzo para lograr concentración. Pero comprimir los músculos no es necesario para dar ese revés ni hace falta para la concentración. ¿Entonces quién hace ese esfuerzo? El Yo 1, por supuesto. Pero porqué? Se supone que es el que habla, no el que actúa, pero parece como que realmente no se fía del Yo 2 para hacer su trabajo.

El Yo 1 falla el golpe, el es el responsable del error por culpa al Yo 2, y baja su propia confianza en el Yo 2. Como resultado el golpe se va haciendo peor y la frustración aumenta.

Las habilidades que hace falta desarrollar y que son la clave del libro son mostradas desde el principio, y serán explicadas en los siguientes capítulos.

Para conseguir dominar el juego interno hace falta varias habilidades internas:

1)    Aprender como visualizar lo más claramente posible los resultados que deseas.

2)    Aprender a confiar en el Yo 2 para que ejecute a su máximo nivel y aprende de sus éxitos y de sus fracasos.

3)    Aprender a observar “sin juzgar” la realidad que nos rodea. Es ver claramente y sin pensar si catalogarlo como algo bueno o malo.

4)    Aprender el arte de la Concentración Relajada.

Vemos cómo todo comienza por la visualización de las metas que queremos conseguir. El poder de la visualización es por tanto la primera pieza.

El Juego Interior del Tenis explora una nueva forma de desarrollar estas habilidades, la primera herramienta básica a aprender es aprender a silenciar el Yo 1.

 

Silenciar al Yo 1

“Es la constante actividad de “PENSAR” del Yo 1, el EGO, la que causa la interferencia con las capacidades naturales del Yo 2. La armonía entre nuestros dos seres solo puede existir cuando la mente está tranquila y enfocada. Solo entonces podemos alcanzar nuestro máximo potencial.

Cuando un jugador está “en la zona”, no está pensando porqué ni cómo, ni cuándo, ni siquiera piensa dónde debe golpear a la pelota. El jugador actúa sin tener que pensar en el cómo.

Gallwey cita como referencia al libro del Maestro Zen D.T. Suzuki, y su libro “Zen in the Art of Archery”, más en Zen Bow, Zen Arrow : The Life and Teachings of Awa Kenzo, the Archery Master from “Zen in the Art of Archery” y lo usa para describir cómo afecta una mente orientada al Ego. La maestría Zen del arco y la concentración”.

En cuanto pensamos y conceptualizamos, el inconsciente original desaparece y un nuevo pensamiento interfiere… la flecha está tensa en el arco pero no vuela recta hacia el objetivo, ni el objetivo permanece donde estaba. El cálculo inicial se convierte en un error de cáculo…

El Ser Humano es una máquina pensante pero las grandes obras se consiguen sin calcular ni pensar. “Actuar como niños” es lo que tenemos que recuperar.

Quizás es por eso que las grandes poesías nacen desde el silencio. La gran música y el arte se dice que nacen desde las profundidades del subconsciente, y las verdaderas expresiones del amor se dice que provienen de una fuente que reside más allá de las palabras y de los pensamientos. Igual ocurre en los deportes, llegan cuando la mente está parada como un lago de cristal.

Esos momentos fueron llamados “experiencias cumbre” (peak experiences) por Abraham Maslow. Las características comunes de las personas en este estado son “se siente más integrado”, “está totalmente unido a la experiencia”, “está liberado de las inhibiciones, dudas, controles, autocríticas y bloqueos”, “está en el aquí y ahora”, “no desea, no necesita…simplemente está presente”…como el Maestro Zen Suzukidijo “nos hacemos como niños”.

Para resumir: el propósito del Juego Interior es aumentar la frecuencia y duración de esos momentos, aquietando la mente y dándonos cuenta de nuestra enorme capacidad para aprender y ejecutar.

El primer paso es aquietar la mente, e implica reducir cada vez más el ruido de la mente “la voz”, las críticas, juzgar, esperar, intentar, las expectativas, controlar, lamentarse, distraerse. Aquietar la mente es un proceso gradual que involucra el desarrollo de varias habilidades. Esas habilidades son el arte de olvidar los hábitos mentales que hemos adquirido desde que éramos niños. El primer hábito a romper es dejar a un lado el hábito a juzgarnos a nosotros mismos y etiquetar si lo que hacemos está bien o mal. Cuando dejamos de juzgarnos, es posible conseguir un Juego espontáneo y enfocado.

Dejar de juzgarnos

Durante un partido de tenis los jugadores no dejan de criticarse “tenía que haberme flexionado más” “esto ha sido un golpe malísimo”, “qué bien lo he hecho”…Ni lo “bueno” ni lo “malo” que se atribuye al golpe es un atributo del golpe el sí mismo. Son etiquetas, atributos que se añaden por la mente de los jugadores. El árbitro no cataloga el evento como bueno o malo, simplemente mira la pelota y declara “bola fuera de línea”.

Juzgar es el acto de asignar un valor positivo o negativo a un hecho. Juzgar son las reacciones de nuestro Ego a lo que vemos, escuchamos, sentimos y pensamos acerca de nuestra experiencia. Cuando juzgamos, el cuerpo observa porqué hemos dado un golpe tan bueno, el Yo 1 comienza a indagar y trata de repetir la siguiente voz: prepara el cuerpo, tensa los músculos y sa instrucciones mentales...de esa forma se prolonga el tiempo en el que pensamos y la duración de la mente consciente en juego. Como consecuencia los músculos se agarrotan –cuando más necesitaban estar libres y flexibles- y los golpes son más toscos, menos fluidos, y los juicios mentales comienzan de nuevo en el otro sentido.

El problema crece cuando generalizamos: al cabo de un rato se deja de decir: “otro mal golpe de revés”…y pasamos a decir “Tienes un revés malísimo”. La mente que juzga siempre trata de expandir su zona de actuación. “Como resultado, lo que suele ocurrir es que estos auto-juicios se convierten en auto-profecías de lo que va a ocurrirnos. Son comunicaciones desde el Yo 1 acerca del Yo 2 que una vez que son repetidas lo suficiente, se convierten en expectativas y convicciones acerca del Yo 2. Finalmente el Yo 2 acaba viviendo de acuerdo a esas expectativas”.

 

Nos convertimos en aquello en lo que creemos

Deja a un lado los juicios no implica ignorar los errores. Simplemente significa mirar los hechos tal y como son sin añadirles nada más. Implica no añadir etiquetas como “bueno” o “malo”.

 

Conciencia de lo que ES

El autor introduce el concepto de ser totalmente conscientes “awareness” como algo claro para entender nuestra experiencia. Por ejemplo en lugar de corregir el golpe de un jugador de tenis, Gallwey experimentó durante años varias técnicas para que los jugadores observaran la posición en cada instante de su cuerpo y de su raqueta, buscando la máxima sensación de ser conscientes de su ubicación relativa. El resultado fue una espectacular mejora de los resultados.

Así que en lugar de pedirles que dejen de juzgarse positiva o negativamente, lo que les pido es que observen su raqueta y no digan exactamente dónde está en cada momento del golpe. En la medida que el jugador se observa a sí mismo y a su raqueta sin pensarlo conscientemente, puede llegar a sentir lo que ES realmente lo que está haciendo, y su nivel de conciencia aumenta.

El autor remarca que este es un proceso de aprendizaje natural que todos tenemos y que opera en cada uno de nosotros sólo si se lo permitimos

Como hemos indicado anteriormente, para acceder a él es preciso primero dejar de juzgar, dejar de tratar de corregir los fallos.

¿Qué pasa con el Pensamiento Positivo?

 El poder del pensamiento positivo toma una nueva dirección y lo deja muy claro desde el principio con una declaración sombrosa:

“Sustituir el inicial hábito del “hipnotismo negativo” por un “hipnotismo positivo” puede parecer que va a dar buenos resultados inmediatos, pero siempre he comprobado que la luna de miel se acaba demasiado pronto. No comprobado que lo mejor es no hacer halagos ni comentarios positivos a mis estudiantes

Llegué a darme cuenta que los halagos lo que hacen es activar el resorte de los juicios en la mente. El Yo 1, la mente del ego es la que comienza a actuar. Mediante mis experiencias, comencé a comprobar  cómo opera el Yo 1, siempre buscando la aprobación y evitando las críticas negativas. La sutileza de la mente del ego lleva a ver un cumplido como una crítica potencial. “Si mi profesor está contento con mi forma de jugar, estará enfadado si lo hago mal. Si le gusta lo que hago bien, desaprobará lo que hago mal”… El estándarde “lo bueno” y “lo malo” se activa y acaba llegando el resultado inevitable de la concentración dividida y la interferencia del ego. Qué interesante!  

En resumen:

La primera habilidad a desarrollar en nuestro Juego es la Conciencia sin Juzgar. Debemos de “desaprender” el hábito de juzgar, y nos daremos cuenta por sorpresa que no necesitaremos la motivación para cambiar los “malos hábitos”. Debemos simplemente ser más conscientes.

¿Cuál es la diferencia entre aceptar lo que tenemos y juzgarlo? Que Aceptar es respetar nuestras cualidades y confiar en Nuestro Yo 2. Nuestro Yo 1 es el que juzga y destruye la confianza en Nuestro Yo 2.

En otras palabras, la clave para hacer mejor cualquier actividad reside en mejorar la relación entre el ser consciente, el que habla, el Yo 1, y las capacidades naturales del Yo 2. Silenciar, ni bueno ni malo. Consciente de lo que haces y cómo funciona mi cuerpo y punto.

A JUGAR POR UNA BUENA CAUSA, hasta la próxima semana.

Gianni.

 


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